miércoles, 24 de abril de 2019

Joaquín Valls




¿Realmente es posible transformar la vida simplemente cambiando la letra?

La reeducación de la escritura es, sin duda, la parte más espectacular de la Programación Neuro-Caligráfica (PNC), que he ideado, pero no es, por supuesto, la única herramienta.

¿De qué más se compone la PNC?

En el experimento que llevé a cabo para mi tesis doctoral en aras de entrenar la Inteligencia Emocional de l@s 50 voluntari@s que participaron en el estudio (con unos resultados tan espectaculares que sorprendieron gratamente al tribunal cuando realicé mi defensa de la tesis), empleé tres estrategias.

¿Cuáles?

La primera, como hemos dicho, es la grafotransformación: la letra es el espejo del alma, nuestra personalidad queda reflejada en ella. Reeducándola mediante ejercicios caligráficos diarios (de ¡tan solo 15 minutos!) incidimos en los ganglios basales del cerebro, que es donde se ubican nuestros hábitos y costumbres inconscientes. Con ello sustituimos los esquemas mentales disfuncionales (pesimismo, timidez, negatividad, baja autoestima...) por otros que nos garantizan una vida plena: optimismo, buenas aptitudes relacionales, positividad, y una excelente autoestima.

¿La segunda?

Es la autosugestión: nuestras creencias sobre nosotr@s mism@s son sugestiones que hemos ido recibiendo de nuestro entorno (familia, amig@s, maestr@s, profesor@s, etc.). Nuestra vida es en realidad un relato que se ubica en el hipocampo de nuestro cerebro. En la medida que estas creencias sean limitantes debemos sustituirlas por otras más funcionales. Ello se consigue mediante autoinstrucciones escritas por la mañana, y escuchadas en el duermevela, que es el momento en el que el filtro consciente baja la guardia, de modo que se insertan con nocturnidad y alevosía en nuestra memoria implícita.

¿Y la tercera, y última?

Las redacciones de psicología positiva: pensamos que atendemos a todo, pero en realidad nuestra capacidad de atención es muy selectiva. Nos han educado para ver los peligros, y sin darnos cuenta dirigimos nuestra mirada hacia los aspectos negativos, los inconvenientes y los problemas. Mediante las redacciones semanales reeducamos nuestro tálamo cerebral, hasta conseguir que se centre la mayor parte de las veces en lo positivo, lo favorable y lo ilusionante de nuestras vidas.

Observa, Silvia, todos los objetos azules que hay ahora mismo a tu alrededor, y cierra los ojos.

¡Hecho!

Ahora dime ¿qué objetos de color rojo recuerdas haber visto?

(Risas) Eso es hacer trampa, doctor.

¿Te das cuenta? Pensamos que atendemos a todo, y solo atendemos a aquello para lo que nos han programado, en general, peligros, pegas, dificultades... Reeducar la atención es fundamental.

¿Y todo ello, como afirmas en tu último libro, Manual mente, para reeducar el Inconsciente?

Sí, pero el Inconsciente Cognitivo, no el freudiano. Es algo mucho más cotidiano.

¿Cotidiano?

Silvia, por favor: cruza los brazos.

¿Otro juego?

Sí, pero esta vez sin trampa ni cartón. Por favor, cruza los brazos sobre tu pecho y mira cómo han quedado tus manos.

¡Ya está! ¿Y?

Ahora descrúzalos y vuélvelos a cruzar, pero para que esta vez las manos queden al revés de antes.

(Risas) ¡Qué complicado es!

Ya puedes descruzarlos.

Gracias

¿A que la segunda vez te ha resultado un poco más difícil e incómodo?

Cierto: me sentía rarísima.

La primera vez lo has hecho con el Inconsciente Cognitivo, en concreto has empleado unos núcleos interiores de tu cerebro denominados ganglios basales, que como te he dicho antes, son la zona donde se ubican nuestras costumbres y nuestros hábitos, y también, por cierto, la motricidad fina que nos permite escribir a mano. La segunda vez, has empleado la corteza cerebral, que es la parte consciente de nuestra mente, El neocórtex es lo que usamos los humanos para pensar, planificar, tomar decisiones...

¿Hacemos mejor las cosas inconscientemente que conscientemente?

¿Cuándo conduces mejor, cuando te estás sacando el carné y tienes que pensar cada acción que ejecutas al volante, o cuando llevas unos meses de práctica, y te permites escuchar la radio o hablar con el copiloto?

¿Conducimos con los ganglios basales?

Por supuesto. Excepto si tenemos, por ejemplo, que aparcar en un lugar de estacionamiento desconocido. Mi esposa, que es una conductora expertísima (hace entre 40.000 y 50.000 Km. al año), en según que aparcamientos hasta apaga la radio...

¿Es por eso que en Manual mente sugieres educar el Inconsciente?

No solo por eso. Las personas deben saber que el 90% de lo que hacemos o pensamos es inconsciente. El Inconsciente Cognitivo es "la fábrica" de nuestras ocurrencias (buenas, geniales o devastadoras), de nuestras emociones (funcionales o disfuncionales) e, incluso de nuestros sentimientos (positivos o negativos). Muchas veces estamos alegres o tristes sin saber por qué, sin una causa aparente. En la educación formal, casi exclusivamente solo educamos el 10% consciente, ¡y nos olvidamos del otro 90%! Ignoramos cómo funciona exactamente el Inconsciente, pero se puede educar de pequeños, y reeducar de mayores, como mostró mi tesis doctoral La reeducación del individuo mediante el método grafotransformador.

¿Cómo?

De pequeños se pueden (y me atrevería a decir, que se deben) emplear al menos cuatro estrategias. En primer lugar el ejemplo de los padres: sé ante tus hij@s lo que desees que sean ellos de mayores. En segundo lugar, a través de las canciones y de los poemas que l@s niñ@s memorizan en la escuela. En tercer lugar, mediante los cuentos que mamá y papá les narran amorosamente al acostarlos. Y, por último, la neuro-caligrafía que he ideado para el desarrollo de la Inteligencia Emocional de los chavales. En el Método Kimmel, que hemos confeccionado con la extraordinaria maestra de infantil, Marta Melgar, hemos trabajado en los tres últimos aspectos: Marta ha creado canciones y poemas ad hoc, y yo he escrito nueve cuentos, uno por cada una de las nueve fortalezas de carácter que posibilitan una vida plena.

¿Cuáles son esas nueve fortalezas de carácter?

Un buen autoconcepto y una buena autoestima. Gestionar bien las emociones. La perseverancia. Las capacidades relacionales: extraversión y empatía. La proactividad, la iniciativa y las ganas. La paciencia. Y, por último, la gratitud.

En Manual mente analizas "grafológicamente" la caligrafía que hoy en día se enseña en las escuelas de infantil y de primaria.

Sí, y el retrato robot de l@s niñ@s que estamos educando mediante ella no es para nada halagüeño.

¿Y eso?

Hace unos pocos años, por ejemplo, se suscitó el debate de si abandonar la enseñanza de la letra cursiva o ligada y solo formar en letra de imprenta o de palo, a raíz de una controvertida decisión tomada por el prestigiado Sistema Educativo Finlandés.

Lo recuerdo. En Finlandia, decidieron restringir mucho las horas destinadas a la enseñanza de la caligrafía, y solo enseñar "letra de imprenta", que es la de los teclados...

En efecto, y por un mimetismo provinciano, algunas Escuelas de nuestro país han hecho lo mismo.

¿Por qué es mejor la letra ligada?

Te lo dirá cualquier neuropsicólogo, y lo explico con todo lujo de detalles en Manual mente. Para no extenderme y resumiendo mucho, la letra ligada (aquella en la que apenas hay interrupciones, y en la que la letra solo suele detenerse para poner el punto de la "i" y los acentos, o para dibujar la barra horizontal de la "t") denota una personalidad sociable, extravertida, dinámica. Y por si fuera poco, fomenta la memoria.

¿Y el retrato robot de l@s niñ@s educados con la caligrafía actual?

El Inconsciente Cognitivo que contribuye a educar la caligrafía actual aumenta la probabilidad de que l#@s niñ@s sean introvertid@s, rumiantes y poco sincer@s; de escasa fuerza de voluntad e iniciativa; de ideas y deseos caprichosos; realistas y obedientes. Estas dos últimas características no son malas en sí mismas, pero se dan de bruces con el empeño, cada vez más necesario, de educar chavales creativos e innovadores, lo que requiere un carácter optimista y capaz de transgredir de alguna manera cierto orden establecido.

¿La Neuro-Caligrafía que has ideado resuelve estos inconvenientes?

Por si sola, no. Por eso, he empezado a colaborar con la eminente maestra Marta Melgar. Tuve la oportunidad de leer su Trabajo de Final de Grado Universitario, en el que expone el método que ella emplea para enseñar a leer y a escribir a todo tipo de niñ@s, mostrándose igual de eficaz también con alumn@s con dificultades de aprendizaje (dislexia, TDAH, etc.). En el método Kimmel usamos su reputada técnica de enseñanza de la lecto-escritura, con mis autoinstrucciones sugestivas que facilitan amueblar bien el Inconsciente Cognitivo de nuestr@s hij@s, para aumentar la probabilidad de que, ya de mayores, tengan ocurrencias ilusionantes y valiosas, emociones funcionales y sentimientos positivos. En definitiva, para que alcancen una vida plena, como ya hemos logrado con centenares de adultos, mediante el neurocoaching.

Silvia Velando, Directora de Zoe Comunicación

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