sábado, 17 de marzo de 2018

"Hay gente que pasa su vida haciendo cosas que detesta para conseguir dinero que no necesita y comprar cosas que no quiere para impresionar a gente que odia”


"Hay gente que pasa su vida haciendo cosas que detesta para conseguir dinero que no necesita y comprar cosas que no quiere para impresionar a gente que odia

Emile Henry Gauvreay

“La sociedad percibe la economía como una ciencia oscura, llena de engaños y que sirve para obtener poder o dinero a costa de los demás”, afirma a bocajarro el gran escritor y ensayista Fernando Trías de Bes en la introducción de su obra El libro prohibido de la economía (Editorial Espasa). Esta percepción negativa es en parte un prejuicio que, a pesar de tener visos de realidad, nos complica mucho la vida a la hora de criar a nuestros hijos.

Debemos tener mucho cuidado con esto: si de niños nuestros hijos perciben los aspectos financieros de la vida como un tabú, como algo complejo y arduo, o como un mal necesario, de mayores caerán en decisiones de compra o de inversión erróneas, que les pueden complicar mucho la existencia. Solo hace falta observar lo que ha ocurrido en este país en los últimos tiempos con la adquisición de viviendas (y la contratación de hipotecas) o con las mal (o fraudulentamente) denominadas “acciones preferentes”.

Educación financiera

“El que compra lo superfluo pronto tendrá que vender lo necesario”

Benjamin franklin

Trías de Bes, en un capítulo del libro dedicado a los bancos, concluye que “ciertos productos financieros deberían ser enseñados en las escuelas con el fin de que los niños aprendieran a desvelar los trucos que contienen”. ¡Dejemos la escuela en paz! Donde Trías de Bes dice “escuelas”, habría que decir “familias”: ¡Que los padres ejerzan de padres y los maestros de maestros!

Del mismo modo que muchos nos compramos libros de sexualidad o revistas para educar mejor a nuestros hijos en este tema, y no lo delegamos en el colegio, no está de más que consultemos bibliografía económica divulgativa para poder hablar de ello en casa. Sin ir más lejos, leer El libro prohibido de la economía puede ser un buen sitio por donde empezar: se trata de un texto inteligente, muy ameno y fácil de digerir. No en balde Fernando Trías de Bes tiene dotes de gran pedagogo.

Te recomiendo comenzar leyendo el capítulo “Lo que no quieren que sepas: las marcas y la distribución”, que se me antoja el más importante para enseñar a comprar a nuestros vástagos. En un próximo post comentaré que la educación de los deseos de nuestros hijos es capital si uno tiene en cuenta la enorme influencia que ejerce la publicidad, que (como afirma el sabio José Antonio Marina) es la industria del deseo por excelencia. Nuestros actos se encaminan inconscientemente a la satisfacción de nuestros apetitos. Hoy, de la mano de Trías de Bes, voy a ocuparme de cómo enseñarles a comprar de forma racional, ya que en cuanto entramos en una gran superficie o en una simple tienda, se manifiestan con toda su crudeza sus irrefrenables ansias de consumo.Y es que “el marketing hará todo cuanto esté en su mano —nos advierte el co-autor de La buena suerte— para que nos enamoremos de los productos y servicios que va a intentar vendernos”. No debemos olvidar que los chavales son, sin duda, el público más vulnerable a la mercadotecnia.

Aprender a consumir bien

“Toda nuestra cultura está basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable”

Erich fromm

Para educar a nuestros hijos en este ámbito, los padres debemos entender cómo funciona el denominado “proceso de compra”, que en su versión oficial puede definirse como las etapas por las que pasa el comprador a la hora de adquirir un producto y que, en su “versión prohibida”, Trías de Bes describe como los “momentos de compra que las marcas incentivan, logrando así disuadir al comprador de verificar lo que recibirá en etapas posteriores”. No es una herramienta de engaño puro y duro, pero debemos reconocer que es una técnica de seducción muy eficaz. Los adultos, en general, antes de adquirir cualquier cosa o suscribir un servicio, llevamos a cabo una serie de pasos. En primer lugar nos concienciamos de la necesidad. A continuación buscamos información y ponderamos las opciones.Tomamos la decisión. Y finalmente nos decidimos por una de las alternativas. Los niños, en general, y algunos mayores en particular, son más impulsivos. Los padres debemos enseñarles a protegerse de señuelos del tipo:“Le regalamos el móvil si se da de alta con nosotros. Lo que aparentemente es una promoción —advierte Trías de Bes— se convierte en una forma de desvirtuar el proceso de compra. Se coloca en una parte del proceso un elemento de distracción que no tiene que ver con el resto de la compra que desvía la atención”.

Debemos tener cuidado con las ofertas dos por uno, las cantidades gratis, los eslóganes que invitan a comparar con otras tiendas, con los precios que no redondean, con los sorteos y, sobre todo, con la obsolescencia programada, tan eficaz en la moda: hoy muchas tiendas de ropa y complementos para jóvenes renuevan sus prendas en apenas dos semanas, lo que es una poderosa herramienta de venta por impulso. Seguro que te suena este comentario:“Mamá no puedo esperar a mi cumpleaños para comprarme esta camiseta: dentro de un mes ya estará agotada y no la van a reponer”. Prueben a responder:“¡Qué bien! Así podrás adquirir un diseño más actual y mejor”. Dilatar el proceso de compra evita la precipitación y un armario lleno de trapitos, a veces incluso sin estrenar.

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DR. QUIM VALLS

COACH NEURO-CALIGRÁFICO en INPNEC

domingo, 4 de marzo de 2018

LOS 8 HÁBITOS DE LA EXCELENCIA PROFESIONAL Y PERSONAL

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LOS 8 HÁBITOS DE LA EXCELENCIA PROFESIONAL Y PERSONAL

Hace ya unos quince años me crucé con el libro de los "7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva" de Stephen Covey.

Realmente marcó para mí un antes y un después. Empecé a aplicar lo aprendido y comencé a ver los resultados, desde entonces no dejo de recomendarlo en mis talleres y conferencias.Por ello, no podía dejar de dedicarle uno de mis posts

Primer hábito: Sé proactivo.
Ser proactivo significa tomar la responsabilidad por su propia vida y ejercitar la habilidad de seleccionar tu respuesta ante cualquier acontecimiento. Esto implica comportarse según tu decisión consciente, basado en tus valores, no en las condiciones en las que te encuentras. En resumen: No es lo que nos pasa si no lo que hacemos con lo que nos pasa.

Segundo hábito: Empieza con un fin en mente.
Este hábito de efectividad refleja el liderazgo personal y satisface plenamente la necesidad de encontrar un sentido a la propia existencia y comenzar cada día con un claro entendimiento de su dirección y destino deseados. Este hábito tiene que ver con marcarse objetivos, a corto a medio y a largo plazo. Establecer cual es nuestra misión y visión.

Tercer hábito: Haz primero lo primero.
Stephen Covey decía que cada actividad puede ser clasificada según dos criterios: 1) Urgencia, aquellas actividades que requieren una acción inmediata. 2) Importancia, aquellas actividades que tienen que ver con los resultados. Así, cada actividad es susceptible de clasificarse en los siguientes cuadrantes:

1) Urgente e importante: Administración por crisis;

2) No urgente e importante: Administración proactiva;

3) Urgente y no importante: Administración reactiva;

4) No urgente y no importante: Administración inefectiva. Resulta obvio que es el segundo cuadrante el que resulta clave para el logro de la efectividad.

Cuarto hábito: Piensa en ganar - ganar.
Este hábito de efectividad ejemplifica el beneficio mutuo y ayuda poderosamente a encontrar el equilibrio en las relaciones humanas con un sentido de bien común y equidad. Este es el hábito que posibilita el logro de satisfacciones compartidas entre todas aquellas personas que participan en un proceso de negociación.Este modelo representa beneficios mutuamente satisfactorios, además de que supone aprendizaje recíproco e influencia mutua. La historia de los conflictos en todos los ámbitos psicológicos y sociales refleja la ausencia de esta comprensión, primero, y la práctica desafortunada de las negociaciones, después.

Quinto hábito: Procura primero comprender y después ser comprendido.
Este es el hábito que sustenta la necesidad de comprender con empatía al otro para después ser comprendido y poder edificar relaciones interpersonales más constructivas. Destaca muy especialmente en este hábito la importancia de la escucha empática en el proceso de la comunicación humana. Si bien todos los hábitos de la efectividad se encuentran muy relacionados con la inteligencia emocional, este hábito lo está en un grado mayor por sus propias connotaciones emocionales.

Sexto hábito: Busca sinergias
 Este es el hábito que fundamenta los logros sinérgicos del trabajo en equipo, vale decir de aquellos equipos en los que el resultado del colectivo es mayor que la simple suma de sus integrantes. También podría afirmarse que el cociente intelectual del equipo es mayor que el promedio del cociente intelectual de aquellos que participan en su composición.

Séptimo hábito: Afila el hacha.
Este hábito de efectividad interpreta la mejora continua y la auto-renovación, el mantenimiento básico necesario para mantener los hábitos restantes funcionando adecuadamente, ofrece un horizonte de superación personal en todas y cada una de las áreas de nuestra personalidad. Este es el hábito que permite entender el mejoramiento personal en las dimensiones física, mental, socio-emocional y espiritual. En cualquier caso, la falta de una apropiada renovación en estas dimensiones puede tener un elevado costo para las personas.

Octavo hábito: De la efectividad a la grandeza.
El octavo hábito fue publicado en un libro posterior, pero aporta tanto como los anteriores. Este hábito supone escuchar nuestra propia “voz interna” y enseñar a los demás a identificar la suya propia. Se trata de enseñarle a los demás el arte de sacarle provecho a lo que es propio de cada individuo; de modo que cada persona se vuelva indispensable en la organización en virtud de sus capacidades irrepetibles.

Estos hábitos los integré como parte de mi vida y trato de transmitirlos en mis talleres y conferencias  para guiar e inspirar a Profesionales, Empresas y Equipos a alcanzar sus objetivos con excelencia.

Inma Ríos se dedica a guiar a Profesionales, Empresas y Equipos a alcanzar sus objetivos y un Alto Rendimiento, por medio de Formación, Mentoring y Desarrollo Personal. Ingeniero Agrónomo con 15 años de experiencia en multinacionales en varios países. Business Trainer, Conferenciante y Coach Profesional Certificada por ASESCO nº 10.370. Más información en www.inmarios.com

 

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sábado, 3 de marzo de 2018

ÉXITO DEL ENTRENAMIENTO EN INTELIGENCIA EMOCIONAL Y COACHING

ÉXITO DEL ENTRENAMIENTO EN INTELIGENCIA EMOCIONAL Y COACHING CON PNC https://www.linkedin.com/pulse/%C3%A9xito-del-entrenamiento-en-inteligencia-emocional-y-coaching-valls

domingo, 24 de diciembre de 2017

Evangelio del dia

Evangelio según San Lucas 1,26-38. El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.

martes, 19 de diciembre de 2017

Por que los empleados abandonan sus lugares de trabajo

Es impresionante cuán común es ver a jefes quejándose de que sus mejores empleados renuncian. Y sí deben quejarse de ello ya que pocas cosas son tan costosas y disruptivas para una empresa como la salida de un buen elemento.

Muchos directores tienden a adjudicar la rotación de empleados a su cargo a cientos de razones, mientras ignoran la raíz del problema: los buenos empleados no se alejan de su trabajo, se alejan de los malos jefes.

Lo triste es que estas renuncias pueden evitarse. Lo único que se requiere es una nueva perspectiva y un esfuerzo extra de parte del mánager.

Necesitamos entender cuáles son las nueve cosas que los jefes hacen que obligan a los buenos trabajadores a renunciar.

1. Sobrecargan de trabajo 
Nada desgasta a los buenos empleados tanto como una sobrecarga de labores. Es muy tentador sacarle todo el provecho a los mejores elementos, pero presionar demasiado a los elementos positivos de un equipo los hace sentir castigados por ser buenos en su labor. Es una medida contra productiva. Un nuevo estudio en la Universidad de Stanford demuestra que la productividad por hora disminuye dramáticamente cuando la semana laboral excede las 50 horas de trabajo.

Si debes incrementar la carga de responsabilidades de un buen empleado, tendrás que subirlo de puesto y salario. Los empleados talentosos son capaces de asumir nuevas obligaciones, pero no se quedarán si se empiezan a sentir sofocados. Si solo le das más trabajo a una persona “porque puede con la carga” sin cambiar algo de su condición, buscará un nuevo empleo que le dé lo que merece.

2. No reconocen las contribuciones de los demás
Es muy fácil subestimar el poder de una “palmadita en la espalda”, especialmente cuando hay empleados buenos que acostumbran a dar buenos resultados. A todos nos gusta recibir las gracias por nuestros esfuerzos, sobre todo aquellas personas que constantemente se esfuerzan en ser mejores. Los jefes deben ser capaces de encontrar qué hace que sus mejores empleados se sientan bien (para algunos es un aumento, para otros es el reconocimiento público).  

3. No les importan sus empleados
Más de la mitad de las personas que abandonan su empleo lo hacen porque tienen una pobre relación con su jefe. Las compañías más inteligentes se aseguran de que sus directivos sepan balancear ser profesionales con ser humanos. Estos son los directores que celebran el éxito de un empleado, son empáticos con aquellos que están pasando dificultades y son capaces de enfrentar a las personas que pueden mejorar. Es imposible trabajar para una persona por más de ocho horas al día cuando no le interesa otra cosa más que el producto y las cifras que entregas.

4. No honran su palabra 
Cuando cumples con lo que prometes, creces a los ojos de tus empleados porque pruebas ser de confianza y honorable (dos cualidades imprescindibles para un jefe). Pero cuando no actúas según lo dicho, te muestras como un ser irrespetuoso al que no le importa nada ni nadie. Después de todo, si el jefe no cumple con su palabra, ¿por qué habrían de hacerlo los demás?

5. Promueven a las personas incorrectas
Los empleados que trabajan muy duro suelen querer colaborar con colegas que se esfuercen de la misma manera. Cuando los jefes no se afanan en contratar buenas personas, se desmotivan. Promover a los empleados incorrectos es aún peor. No hay un insulto mayor que asciendan al compañero que no hace nada cuando tú trabajas con todo tu esfuerzo.

6. No dejan que las personas persigan sus sueños
Los empleados talentosos suelen ser muy apasionados. Ofrecerles oportunidades para perseguir sus sueños mejora su productividad y la satisfacción con su trabajo. Pero muchos jefes quieren que sus empleados trabajen dentro de una cajita hecha de reglas.  Temen que la productividad disminuya si sus trabajadores no están enfocados 300 por ciento en su trabajo. Sus miedos carecen de fundamento porque estudios demuestran que las personas que son capaces de seguir sus pasiones dentro de sus empleos experimentan una especie de “subidón”, un estado mental de euforia que les permite ser hasta cinco veces más productivos que los demás.

7. No saben desarrollar las habilidades de su gente
Hay jefes que desconocen la operación diaria de sus empleados y que tratan de excusarse diciendo que confían en ellos y que sus trabajadores son autónomos. Esto es una tontería. Los buenos gerentes dirigen, sin importar que tan talentosos sean sus colaboradores. Ponen atención a las labores de sus equipos y constantemente ofrecen retroalimentación. 

Al ser jefe te toca encontrar las áreas de oportunidad de tus mejores empleados para que puedan desarrollarse. Si no lo haces, tus colaboradores se aburrirán y se irán.

8. Fallan en impulsar la creatividad 
Los empleados más talentosos buscan mejorar todo lo que tocan. Si les quitas la habilidad de innovar porque solo te sientes cómodo con el status quo, harás que odien sus trabajos. Encerrar el deseo innato de mejorar no solo limita a tu equipo, te limita a ti.

9. No desafían a las personas
Los grandes jefes provocan a sus empleados para lograr cosas que antes parecían imposibles. En lugar de fijar metas mundanas, ponen objetivos que impulsan a la gente a salir de su zona de confort. Después, hacen todo cuanto pueden por apoyar a sus equipos a lograrlos. Cuando las personas inteligentes se la pasan haciendo cosas demasiado fáciles o aburridas, empiezan a buscar otros empleos que los desafíen intelectualmente.

En conclusión, si quieres que los mejores miembros de tu equipo se queden en tu empresa, debes pensar muy cuidadosamente cómo los tratas. Los buenos empleados aguantan mucho, pero su talento les da abundancia de opciones. Tienes que lograr que quieran trabajar para ti. 

lunes, 18 de diciembre de 2017

El 12 de agosto 2015 se desarrolló́ el cuarto encuentro de “Diálogos para la educación secundaria” organizado por UNICEF y FLACSO, a través de su Programa Educación, Conocimiento y Sociedad. Asistieron estudiantes de escuelas secundarias de Córdoba, Salta, Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires.

El 12 de agosto 2015 se desarrolló́ el cuarto encuentro de “Diálogos para la educación secundaria” organizado por UNICEF y FLACSO, a través de su Programa Educación, Conocimiento y Sociedad. Asistieron estudiantes de escuelas secundarias de Córdoba, Salta, Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires. Mediante un taller los jóvenes presentaron a sus escuelas, debatieron y plantearon su punto de vista acerca de la escuela actual y la del futuro

Algunas de las ideas fuerza surgidas del Diálogo:

– Se aprende mejor en las clases que son dinámicas, en donde se puede producir y cuando tienen en cuenta cómo somos.– Los alumnos somos muy diferentes y aprendemos de diversos modos por eso necesitamos estrategias de enseñanzas variadas.– Aprendemos cuando somos protagonistas y nuestros sentimientos son considerados, también cuando no es fijo el lugar de los profesores y alumnos. Aprendemos al tener oportunidades de dar clase a nuestros compañeros, al explicarle a otros cómo hicimos lo que logramos y al exponer las maneras en que podemos resolver diferentes cuestiones.– Las clases donde más se aprende son las que ofrecen un buen diálogo entre todos, las que tienen explicaciones y argumentos claros, las que presentan otras formas de enseñar que resultan interesantes, las que son más integradoras y permiten conocernos con nuestros pares (compartir sólo un aula no es conocerse).– Se aprende más cuando trabajamos con nuestros pares y podemos debatir acerca de lo que cada uno comprendió y cómo.– Se valoran las clases en donde todos somos respetados, podemos participar y cuando se puede preguntar sin tener temores a las burlas de los otros.– Se valoran las clases donde se contemplan las situaciones y los problemas de los alumnos.– Los buenos profesores son los justos, aquellos que evalúan el esfuerzo personal y el aprendizaje (no a través de una prueba escrita, sino todo el proceso, teniendo en cuenta de dónde parte cada alumno y qué cosas va logrando); los que respetan las fechas cuando hay evaluaciones o entrega de trabajos, y los que tienen buen trato .– También son buenos profesores los más exigentes porque te ayudan a ser competente para tu futuro.– Los buenos profesores son los que piensan clases entretenidas y que incorporan temas que te empiezan a interesar. Los que tienen vocación y les apasiona lo que hacen.– Son buenos profesores los que escuchan cuando no entendés, te explican y motivan a estudiar, como también los que comprenden que podés tener problemas.– Se destacan los profesores que tienen vocación para enseñar, que se comprometen con su trabajo y preparan las clases, los que te dan algo más para que sigas aprendiendo y los que asisten a dictar clases.– Los buenos profesores también aprenden de los alumnos y a veces les dejan un espacio de la clase para que enseñen lo que saben.– Se valoran las escuelas que permiten desarrollar los conocimientos y te podes expresar en libertad. También aquellas que facilitan crear nuevos vínculos. Es importante la presencia de discusión política en las escuelas, siempre que se puedan plantear diferentes puntos de vista y no uno solo.– Se valoran los espacios de taller donde se aprenden diferentes actividades artísticas.– Las escuelas tienen muchas dificultades de infraestructura, sobre todo las que se ubican en los barrios más humildes. Hay diferencias muy importantes en las condiciones edilicias. El Estado debería hacerse cargo de esto y supervisar adecuadamente para que se solucionen estos problemas. También debería haber una supervisión desde los alumnos, profesores y directivos.– Existen algunas escuelas donde los directivos no permiten el desarrollo de actividades tales como centros de estudiantes y consejos de convivencia. Estos espacios son muy necesarios también para la formación y para mejorar la manera en que se vive la escuela. Es importante escuchar a los alumnos, para mejorar la escuela, y considerarlos en las decisiones institucionales.– Hay desigualdad en las formas de enseñar las materias y en los proyectos de las escuelas. Algunas tienen muchas alternativas y se trabaja de manera diferente: talleres, dan herramientas para la inserción en el mercado de trabajo, en la orientación vocacional, tienen formas más actuales para el trabajo en el aula y prueban otras maneras de evaluar.– Las desigualdades que hay se deben a la falta de espacio, de compromiso e iniciativa y hay muchas escuelas que no tienen materiales disponibles para llevar a cabo estas propuestas.– En algunas escuelas faltan más oportunidades de inclusión y no se aprovecha el tiempo.– Sería muy importante tener experiencias de prácticas o pasantías laborales que se desarrollen desde las escuelas, también visitas periódicas en los últimos años de profesionales y estudiantes de distintas carreras universitarias que puedan contar de qué se trata lo que estudian/estudiaron, así se tienen más opciones para elegir.– Nos llevamos de la escuela: responsabilidad, sabemos que no hay nada regalado en la vida; aprendimos a organizar el tiempo y a contar con un método de estudio; adquirimos la capacidad de dialogar para resolver nuestros problemas y logramos formar ahí nuestra identidad.– También nos llevamos de la escuela una mirada creativa para enfrentar los problemas diarios, incluyéndonos en la sociedad como miembros partícipes de la misma.– En la escuela adquirimos concientización sobre la inclusión, el respeto, la solidaridad, el pensamiento crítico, la no discriminación, la sensibilidad social y la participación política. También, conocimos a personas que en otras circunstancias no hubiéramos conocido. Aprendimos a socializar.– A la escuela le faltan profesores capacitados para enseñar de distintas maneras (en clases dinámicas, aprovechando la tecnología y de una forma variada porque cada uno aprende de distintas formas), y a los profesores que hay les falta un mejor sueldo y reconocimiento de su trabajo.– Falta un ambiente adecuado en relación con la infraestructura y ofrecer más espacios recreativos, tanto artísticos como deportivos.– Es necesario que los profesores estén preocupados por el aprendizaje de los alumnos, porque la obligación de ellos es que sus alumnos efectivamente entiendan.– A la escuela le falta brindar una formación política neutral, para que tengamos información para tomar nuestras decisiones.– A algunas escuelas les falta neutralidad religiosa, deberían ser laicas.– Las escuelas deben ser espacios que promuevan el derecho a la opinión, donde todos los alumnos puedan expresarse y ser escuchados.– Se necesita más trabajo y contenidos en Educación Sexual Integral, que no en todas las escuelas se enseña.– Sería importante que los alumnos también puedan proponer temas a tratarse en las clases.“Diálogos Para La Educación Secundaria”

Categorías: escuela secundaria

Etiquetas: abandono escolar,deserción escolar,Hagamos algo por la Educación

Gaga de Elías Piña